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jueves, 20 de abril de 2017

CUENTOS FOLKLÓRICOS

El folklore español se caracteriza por su gran diversidad y riqueza gracias a la influencia de las diversas civilizaciones que han convivido en la península a lo largo de la historia. El folklore ha sido durante mucho tiempo una serie de actividades que fueron claves para desencadenar relaciones entre las personas, orientadas a la diversión y el entretenimiento.

Se entiende como folklore: Una ciencia dedicada al conocimiento, al saber de los saberes del pueblo. (Velasco Maillo, 2011)
Pero con el tiempo este término ha sufrido varias interpretaciones. Se ha ido cargando de ambigüedad y hoy Folklore se entiende como la ciencia y el objeto a la vez,  es decir, el saber del pueblo y la ciencia que lo estudia.

Pozo Nuevo (2006) nos dice que cuando se habla de folklore no hay que olvidar que es un proceso, que varía y se adapta a las necesidades sociales del momento, siendo enriquecido por la relación y el intercambio entre unos y otros.

La tradición oral es un instrumento útil para adentrarnos más allá en el pasado, en los pueblos que conformaban nuestro país. A través de la tradición oral, podemos llegar al cuerpo y corazón de culturas diferentes a la nuestra. Sólo el conocimiento de nuestras culturas y costumbres nos ayudará a comprendernos mejor. Además, podemos adquirir conocimientos prácticos y útiles para la vida diaria.

La tradición oral nos da la oportunidad de planificar clases más activas, instructivas, educativas y divertidas para los niños y niñas que nos acompañan en este proceso.
No tenemos que ir muy lejos, tampoco tenemos que invertir mayores recursos materiales y económicos, puesto que sólo necesitamos el recurso humano que está disponible en nuestras aulas: los alumnos, sus familias y la comunidad. Éste puede ser un proyecto que una a las familias y a la escuela por un bien común: el fortalecimiento de la educación, la identidad y la autoestima de los niños y de las niñas.
El folklore en educación infantil según Díaz (2002) va a desarrollar en los niños las siguientes destrezas:  
-         Reconocimiento de nuestro propio cuerpo y su delimitación en el espacio.
-         Reconocimiento del otro y el respeto a sus límites.
-         Reconocimiento del entorno y de los recursos que nos sirven de provecho.
Hidalgo (2008) dice que como maestros debemos transmitir el folklore, ya que una de las funciones de la escuela es la transmisión de la herencia social.
La educación debe de partir de las vivencias autóctonas y las raíces donde se asienta, abarcando distintas actividades folklóricas integrándolas en el proceso de enseñanza aprendizaje, enriqueciendo así al maestro, a los alumnos y a la comunidad.
Desde la escuela tenemos que inculcar la importancia del folklore. En educación infantil esto va a ser fácil ya que la música y el juego forman parte del desarrollo madurativo de los niños.
Según Arévalo (2009) la escuela funciona como un transmisor del folklore y los profesores son el medio utilizado para dar a conocer dicho folklore a su alumnado. Para ello es necesario despertar el interés de los alumnos, creando interés en el docente por la investigación y experimentación del folklore.

Mi elección de textos folklóricos es la siguiente:
-         Issunboshi.
-         La grulla agradecida.
-         La esmeralda encantada.

He elegido dos cuentos de origen japonés, porque me parecía interesante y bonito, los contrastes que se pueden hacer de un cuento en culturas diferentes, como podría ser en el caso de Issunboshi, que en España seria “Pulgarcito”; y las distintas formas en las que se puede dar la vuelta a una historia y seguir diferentes caminos.

La narración sera oral y el contexto en el que se realizará, es en el aula o en un espacio adaptado y especializado para los libros y su narración.
El rango de edad que he elegido para estos cuentos ha sido, entre los 6 a los 8 años; es decir, válidos durante la última etapa del segundo ciclo de infantil, y para el primer curso de primaria.

Puesto que a partir de los 6 ó 7 años se produce un cambio importante en la inteligencia del niño, pues disminuye paulatinamente el egocentrismo infantil, sustituido poco a poco, por un sentido crítico en constante aumento.

Los estudios del desarrollo cognitivo de J. Piaget, describen que este es un período en que se desarrolla la capacidad del niño de pensar; el desarrollo alcanzado también le permite una flexibilidad del pensamiento, manifestada por la posibilidad de que las operaciones mentales sean reversibles, lo que facilita, por ejemplo, el aprendizaje de las matemáticas o la compresión de símbolos y significados.

El niño/a puede fijar su atención en aspectos de la realidad que son predecibles, lo que le ofrece estabilidad, aumentando su capacidad de aprender. Podrá fijar su atención para obtener información, descubrir y entender las cosas que les suceden a los otros, entendiendo sus puntos de vista.

Otro de los hechos importantes es la aparición de los sentimientos superiores. Dentro de ellos, aparecen aquellos como la solidaridad, la bondad, el cooperativismo, la lealtad, la amistad, entre muchos otros que le ayudan a conformar su propia personalidad.

Nélida García Márquez (1986) señala que la lectura y la escritura confieren autonomía al niño y le proponen modelos de identificación y proyección, distintos a los dados en la familia, el acceso a este aprendizaje requiere que el niño acepte internamente otra fuente de información que no sean sus padres.



Issunboshi

Erase una vez un viejecito y una viejecita, que nunca pudieron tener hijos, y esto les ponía muy tristes, tanto que le pidieron a los dioses que les dieran un niño:
 “Aunque no fuese más grande que el tamaño de un dedo, estaríamos contentos.”

Y un día, tuvieron un bebe igual de grande que un dedo; pero el viejecito y la viejecita estaban muy contentos, después del tiempo habían esperado.  Al bebé lo llamaron “Issunboshi”, que en japonés quiere decir pequeño y chiquitito, y le cuidaron con mucho cariño.

Los años pasaban pero Issunboshi no crecía. A los tres años de edad, a los cinco, a los diez, siempre tenía la misma talla que tuvo el día que nació, es decir, la talla de un dedo. Sus papás se preocupaban mucho por esto. Le daban montones y montones de comida, pero Issunboshi no crecía ni un pelo.
Tan pequeñito era Issunboshi que no podía ayudar a la viejecita en las tareas de la casa, ni tampoco en el campo con el viejecito, ya que Issunboshi solamente podía llevar una brizna de hierba cada vez.

Pero Issunboshi era un cantante y un bailarín fantástico, pero a pesar de esto se sentía mal al no poder ayudar mucho a sus padres. Además, los otros niños del pueblo siempre se reían de él y le burlaban, llamándole enanito.
Todo esto le ponía muy triste, por lo que decidió dejar la aldea y ver el mundo.
Le dijo al viejecito y la viejecita: “He decidido ir a la capital para buscar un trabajo.”

El viejecito y la viejecita se sentían tristes al oír esto, pero le dieron un cuenco de sopa, un palillo de comer, y una aguja de coser, y le desearon buena suerte.

Issunboshi se puso el cuenco de sopa como sombrero, la aguja como espada atada en la cintura y el palillo como bastón para caminar, y se fue.

Caminó y caminó pero la capital estaba aún muy lejos. En medio camino se encontró con un una hormiga y le preguntó si la ciudad estaba aún lejos.
La hormiga contestó:

“Vaya a través los dientes de león,
después cruce el campo de girasoles,
y siga hacia el río.”


Issunboshi le dio gracias a la hormiga y caminó entre los dientes de león y los girasoles hasta llegar al río.

Allí, el cuenco de sopa que usaba como sombrero se convirtió ahora a barco y el palillo para andar le sirvió para remar, e inmediatamente Issunboshi comenzó a navegar sobre el río.
Finalmente Issunboshi, avistó a lo lejos la capital; ésta era muy grande, llena de gente siempre muy ocupada. Para Issunboshi, era un sitio muy peligroso, ya que en cualquier momento alguien podría pisarle sin ni darse cuenta. Issunboshi pensó que tendría que tener mucho cuidado, y que sería mejor caminar por calles menos transitadas.
Mientras paseaba se topó con una enorme mansión; era la residencia de un rico y poderoso señor.
Issunboshi, que ya estaba muy cansado, entró al portal y llamó:
“¡Por favor! ¿Hay alguien?”
Un hombre se asomó pero no vio al pequeño Issunboshi y volvió murmurando:

“¡Vaya! Pensé que oí alguien pero no hay nadie”

Otra vez Issunboshi llamó: “Aquí estoy, al lado de los zapatos.”
El hombre miró hacia los zapatos y por fin vio a Issunboshi. Jamás había visto alguien tan pequeño. El hombre se agachó, recogió a Issunboshi, le puso en la mano y le observó con gran interés.

Tan curioso le pareció Issunboshi que fue a enseñárselo a la princesa. Allí, Issunboshi deleito a la princesa con sus bailes y sus canciones con tanta gracia que todos en el cuarto se divirtieron con él. En particular a la princesa le gustó tanto que decidió mantenerle siempre con ella.

Issunboshi empezó entonces a vivir en la gran casa del señor, como ayudante de la princesa: cuando ella leía, él daba la  vuelta a las páginas; cuando ella practicaba la caligrafía, él le hacía la tinta. Issunboshi siempre permanecía al lado de la princesa, y ella siempre le llevaba donde fueran.






Un día regresando a casa después de dar un paseo por el bosque, un ogro apareció entre las sombras e intentó secuestrar a la princesa. Pero Issunboshi la acompañaba y en voz alta exclamó: “¡Déjala en paz! ¡Yo, Issunboshi, estoy aquí! ¡Cuídate, maldito!”

El ogro, al ver al pequeñito Issunboshi, comenzó a reír:

-“¿Tú, enanito? ¿Qué me vas a hacer, morderme el tobillo? ¡Te comeré, Ñam!- Y, se lo tragó.

Pero Issunboshi era muy valiente y no se dejó comer; le hincó la aguja en el estómago y siguió hincándole con todas sus fuerzas mientras subía por la garganta.
El ogro gritaba: “¡Ay, ay!”. Pero Issunboshi no paró hasta que por fin dio un salto desde la boca, y salió del ogro. El ogro asustado salió corriendo de nuevo hacia el bosque, pero por el camino se le cayó, un martillo mágico.
Issunboshi no sabía que era aquello, pero la princesa se lo explicó:
 “Ésto es un martillo mágico. Con solamente sacudirlo, cualquier deseo que tengas se cumplirá.”

La princesa decidió agradecerle su valentía, y le preguntó a Issunboshi:
“¿Cuál es tu deseo?”
E Issunboshi, contestó inmediatamente: “Mi deseo es ser grande.”


La princesa sacudió el martillo mágico y recitó las palabras:

“Grande, grande.
Que el pequeñito Issunboshi

Se haga más grande.”

Issunboshi empezó a crecer y crecer, y pronto delante de la princesa había un hombre joven encantador.
Cuando llegaron a la gran casa, la princesa le contó a su padre, el gran señor, las hazañas de Issunboshi y su transformación. El señor, agradecido, le dio permiso a su hija para casarse con Issunboshi, y estos invitaron al viejecito y a la viejecita a la capital para celebrar la boda. Todos finalmente fueron muy felices.

Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

CAMBIOS:

-       -   Adaptar el vocabulario y las oraciones, para hacerlos más comprensibles.
-       -   Añadir vocabulario diferente pero fácil de entender y coherente.

PREGUNTAS PARA DESPUÉS DEL CUENTO:

  1. -         ¿Alguna vez os habéis sentido mal por no poder ayudar a vuestros padres con alguna tarea?
  2. -         ¿Está bien burlarse de una persona?
  3. -         ¿Creéis que los otros niños se burlaban de Issunboshi porque es diferente?
  4. -         ¿Consideráis a Issunboshi valiente?
  5. -         ¿Creéis que las apariencias engañan?
  6. -         ¿Issunboshi se rinde o nunca se da por vencido?
  7. -         ¿Creéis que por ser Issunboshi muy pequeño, lo grandes no lo respetan?



La grulla agradecida


Erase una vez, un joven que vivía solo en una casita al lado del bosque. Un día de regreso a casa, durante un día de invierno bastante ventoso, oyó un ruido extraño. Se puso a caminar hacia un campo lejano de donde venía el sonido, y allí descubrió una grulla tumbada sobre la nieve llorando de dolor. Una flecha le atravesaba el ala, pero el joven, muy cariñoso, se la quitó con mucho cuidado.

La grulla, ya libre, voló hacia el cielo y desapareció y el joven volvió a casa.
Pero esa misma noche, en la puerta sonó un frap-frap-frap. “¿Quién será, a esta hora y con esta ventisca?” pensó él. Qué sorpresa que al abrir la puerta, encontró a una joven y hermosa mujer. Ella le dijo que no podía encontrar el camino a su casa por la ventisca, y le pidió por favor  descansar en su casa, hasta que el temporal amainase; el joven acepto con mucho gusto;  y ella se quedó hasta el amanecer, y también el día siguiente.

Tan dulce y humilde era la mujer que el joven se enamoró y le pidió ser su esposa. Se casaron, y a pesar de su pobreza, eran felices. Hasta los vecinos se alegraban de verlos tan contentos. Pero el tiempo vuela y pronto llegó otro invierno. Se quedaron sin dinero y comida, tan pobres como siempre.

Un día, para poder ayudar un poco, la mujer decidió hacer un tejido para venderlo después, por ello el joven le construyó un telar en una habitación de la casa. Pero antes de empezar su trabajo ella pidió a su marido prometerla nunca entrar a la habitación. Él lo prometió. Tres días y tres noches trabajó ella sin parar y sin salir del cuarto. Casi muerta parecía cuando la mujer por fin salió, le presento a su marido un tejido perfecto y hermoso, para venderlo y conseguir dinero; y así lo hicieron.

El dinero les duró uno meses pero todavía seguía el invierno y no tenían con que comprar comida y ropa. Debido a esto la mujer se puso a tejer de nuevo, y otra vez su marido le prometió no entrar al cuarto. Fueron no tres sino cuatro días cuando ella, viéndose peor que la otra vez , salió del cuarto y le dio a su marido un tejido tan maravilloso que, al venderlo en el pueblo, consiguieron dinero suficiente para dos inviernos duros.

Desafortunadamente el joven quería ganar más dinero y se convirtió en un hombre avaro. Atormentado tanto por el deseo de ser rico como por los vecinos que siempre le preguntaban, cómo se podía tejer sin comprar hilo. La mujer pensaba que tenían suficiente dinero y que no necesitaban más, pero el avaricioso marido no dejaba de insistirla a que trabajara. Y finalmente, después de recordarle a su marido la promesa, la mujer se metió en el cuarto a trabajar.
Esta vez la curiosidad no le dejaba al hombre en paz. Ignorando su promesa, fue al cuarto donde su señora trabajaba y abrió un poquito la puerta. La sorpresa de lo que vio le hizo escapar un grito. Manejando el telar estaba no su señora sino una hermosa grulla, la cual de sus propias plumas, que se iba arrancando, hacia un tejido maravilloso.
Al oírle gritar, la grulla  se dio cuenta de que alguien la miraba y dejó de trabajar, de repente se volvió a transformar en mujer; y entonces, ella le explicó su historia, que ella era esa grulla la cual él ayudó y que, agradecida, se convirtió en mujer, y que empezó a tejer para ayudarle a no ser pobre, esto a pesar del sacrificio que le costaba tejer con las plumas de su propio cuerpo.

Pero, ahora que él sabía su secreto, tendrían que dejar de estar juntos. Al oír esto, el prometió no volver a desconfiar de ella y se disculpó por forzarla a trabajar, para ganar dinero. Ella finalmente le perdonó y decidió quedarse como mujer para siempre. Y los dos vivieron felices. 
Colorín colorado este cuento se ha acabado.

CAMBIOS:

He modificado el final ya que la historia tiene un final triste y al romper su confianza ella se va. He decidido cambiarlo, porque considero por un lado que la curiosidad no es mala y por otro lado, que él se da cuenta de lo que había hecho y pide perdón.

PREGUNTAS:
  1. -         ¿Alguna vez habéis ayudado a alguien que lo estuviera pasando mal como la grulla?
  2. -         ¿Damos las gracias cuando nos ayudan o pedimos perdón cuando no equivocamos?
  3. -         ¿Seriáis capaces de ayudar tanto a una persona como hizo la grulla?
  4. -         ¿Habéis ayudado a alguna persona o a alguna animal sin conseguir nada a cambio?



La esmeralda encantada 

Hace muchos, muchos años, hubo una vez un niño que solía jugar debajo de un gran pino cercano a su casa.
Después de cada lluvia, alrededor del árbol brotaban muchos hongos alineados en forma de círculo, que servían de asiento a un grupo de pequeños gnomos, tan chiquitos como muñequitos, pero capaces de hacer cosas maravillosas. Al poco tiempo de conocerse, el muchacho y los gnomos ya eran grandes amigos.
Francisco, que así se llamaba el niño, mantenía en secreto esa amistad, porque la gente no suele creer en los gnomos, pero se divertía mucho con ellos.
Pero llegó el invierno y el padre del muchacho decidió hacer leña de ese pino. Francisco le suplicó que no cortara ese árbol, ya que era el hogar de sus extraños amigos. El padre aceptó no cortarlo con la condición de que Francisco se ocupara de conseguir la leña para la casa durante todo el invierno.

El chico pasó ese invierno trabajando muy duro, recorriendo la comarca y juntando leña para cumplir la promesa que salvaría al pino; y el padre finalmente cumplió la suya.
Llegada la primavera los gnomos se enteraron del sacrificio realizado por Francisco para salvar su viejo árbol y decidieron recompensarlo regalándole una cadena de oro con una gran esmeralda.
Esta piedra -le dijeron- tiene poderes mágicos que te darán toda la felicidad; mientras la lleves en el cuello serás amado, conseguirás para ti todo lo que quieras y llegarás a ser inmensamente rico, pero para el resto de los hombres sólo será una piedra; muy valiosa, pero sin esos poderes.
Muy pronto Francisco comprobó la verdad de esas palabras: tenía cuanto deseaba y todo lo que buscaba lo encontraba sin ningún esfuerzo, aunque como no deseaba riquezas, poco uso le daba a su esmeralda encantada.
Pero ese verano hubo una gran sequía y el hambre se apoderó de hombres y animales, porque se perdieron todas las cosechas.
Francisco intentó solucionar esos males con su piedra encantada, pero todo fue en vano; sus poderes sólo actuaban para él, pero no para los demás. Podría salvarse del hambre y la miseria, pero nunca ayudar a su familia y amigos.
Rápidamente corrió hasta la ciudad más cercana, vendió la piedra por la cual le dieron una fortuna, y volvió a su comarca con una enorme carreta cargada de alimentos, ropas y hasta grano para los animales. Y para que nadie se enterara de que había sido él quien había comprado todo eso, lo fue dejando en frente a las casas de noche sin que lo vieran.
A la mañana siguiente todos encontraron los grandes paquetes frente a sus puertas y fue como un día de reyes. Hubo alegría y alivio, aunque nadie sabía a quién darle las gracias.
Pero Francisco estaba preocupado porque tendría que confesar a sus amigos, los gnomos, que había tenido que vender la maravillosa piedra que le habían regalado.
Finalmente se lo dijo, lo hizo con un poco de miedo, pensando que se enojarían.
Pero los gnomos comprendieron que Francisco no necesitaba una piedra encantada para ser feliz, le bastaba con su propia bondad. Por eso le hicieron otro obsequio; esta vez le dieron un anillo hecho con la madera del pino, para que él los llamara en caso de que los necesitase, el o los suyos. Y le dieron las gracias por saber compartir todo cuanto tenia con los suyos.

CAMBIOS:
-        -  He cambiado el final para que la historia sea más entendible y para que no den un mensaje moralizante al final cuento, como ocurre en la versión que yo he leído.
-        -  En vez de un anillo le dan un pañuelo: “Ese pañuelo -tan parecido al que usan los escuchas- le recordaría siempre que de nada valen las riquezas ni la propia felicidad cuando no se las puede compartir, que lo que se consigue sin esfuerzo carece de verdadero valor y que el amor al prójimo es la mayor alegría que alguien puede gozar, porque no hay felicidad más linda que dar felicidad.

PREGUNTAS:
  1. ¿Si tuvierais la esmeralda mágica que haríais?
  2. ¿Conocéis a personas avariciosas?
  3. ¿Creéis que es mejor compartir o quedártelo para ti?
  4. ¿Por qué se esforzó tanto Francisco para que su padre no talara el árbol?



REFERENCIAS:

ciudadseva.com
cuentosinfin.com
funjdiaz.net

wikipedia.org
psicodiagnosis.es
EL FOLKLORE EN EDUCACIÓN INFANTIL ( Mª del Rosario Castañón Rodríguez)







lunes, 17 de abril de 2017


Mi miel, Mi dulzura...  بلادي بلادي حلاوة العسل
(CORRECCIÓN)



Éste libro me llamó la atención desde el principio, ya fuese por la mezcla de los colores, las texturas de las ilustraciones, las letras en árabe… me entró directamente por los ojos, y me pareció una gran idea el introducir letras en otro idioma; ya que si con eso han captado mi atención y mi curiosidad, por saber que pondrá, a un niño exactamente igual.


Y tras ojearlo por encima, me sorprendió mucho ver en algunos párrafos traducciones en árabe , puesto que nunca antes había tenido un libro así, por este motivo esta idea me pareció muy original y curiosa; además me enamoré  de las ilustraciones cargadas de sensaciones y sentimientos que te trasladan a esos lugares y traen de nuevo recuerdos. Por todo esto decidí que este sería el libro.


El autor de este libro es Michel Piquemal, un famoso escritor francés, nacido el 17 de diciembre de 1954 en Béziers ( Hérault ). 

Michel Piquemal tiene un doctorado de letras, de estudios sobre educación y además fue maestro. Su primera novela “Samani, el indio solitario”, fue publicada en 1988. Desde entonces ha publicado más de 200 libros. Centrándose en temas como, los indios americanos  y la filosofía. 
Sus trabajos fueron galardonados con varios premios, incluyendo el “Prix des Incorruptibles” (Premio Incorruptibles) en 2006. Él es también el autor de libros para adultos: su primera novela fue, El grito de los peces de colores (2001), además es el autor de ensayos como (Heureux sans dieu ni religionHugo et Cie) y un panfleto anti-liberal ( el profeta del liberalismo)
Mi miel, mi dulzura  fue ganadora del Premio Chrétien de Troyes en 2005 


Élodie Nouhen,la autora de las ilustraciones,es una famosa ilustradora de nacionalidad francesa. Con una formación multidisciplinar obtenida en sus años de estudios en La Escuela Superior de Artes Gráficas de Penninghen (París).

El trabajo de Éloide Nouhen abarca campos tan diferentes como la ilustración en prensa, la cartelería, portadas de cd's, decoración, cortinas... y por supuesto literatura infantil y juegos para niños pues, es una de las ilustradoras de cabecera de la marca de juguetes”Djeco”.
Esta ilustradora tiene una forma diferente de expresar lo que sucede en sus propios libros, en los que nos sorprende por el uso de estilos y materiales varios dentro del mismo álbum: collage, pintura, raspado… son técnicas que mezcla con la utilización de materiales como la tela o el metal. Todo se une, todo sirve en sus ilustraciones para dar lugar a un mundo mágico lleno de color y de finura.
Título: 
Mi miel, mi dulzura
Autor: 
Michel Piquemal
Ilustrador: 
Élodie Nouhen
Traducción: 
P. Rozarena
Editorial: 
Edelvives
Zaragoza, 2005
España
Págs: 
28
Soporte: 
Papel
ISBN: 
84-263-5637-0
Seleccionado por: 
Fundación Germán Sánchez Ruipérez
              Edad en la que considero recomendable el libro:  De 5 a 6 años


FORMATO
Aspecto Externo
El tamaño del libro es el adecuado para niños/as de 5 a 6 años, es grande, pero fácil de sujetar y manejar, las tapas del libro son duras y sus hojas son gruesas, lo que favorecerá su uso durante mucho tiempo ya que será más difícil de estropear, no tiene esquinas puntiagudas ni peligrosas y pesa muy poco.
En cuanto a sus ilustraciones son maravillosas, conforman representaciones verosímiles, no estereotipadas e imaginativas. La conjunción de los colores y las texturas en los dibujos, atraerán la atención y la curiosidad de los niños en la historia; la mezcla de colores fríos y cálidos despertará la imaginación de los niños, que se teletransportarán a lugares que quizás aun desconocen.



La portada es fácilmente reconocible, ya sea por los dibujos o por los colores que se emplean, por las letras en otro idioma… me parece una portada curiosa y llamativa.
La historia es lineal, no es excesivamente larga, pero tampoco es corta, está hecha en la medida adecuada para que los niños de 5 a 6 años la lean sin cansarse o aburrirse.
Al ser un libro para niños de 5 a 6 años, en algunos casos nos encontraremos con niños que intentan leer por sí mismos, pero en el caso de que su profesor/a  o sus padres se lo lean, los niños pueden seguir la historia  a través de las ilustraciones.
FORMATO
Aspecto Externo
El tamaño del libro es el adecuado para niños/as de 5 a 6 años, es grande, pero fácil de sujetar y manejar, las tapas del libro son duras y sus hojas son gruesas, lo que favorecerá su uso durante mucho tiempo ya que será más difícil de estropear, no tiene esquinas puntiagudas ni peligrosas y pesa muy poco.
En cuanto a sus ilustraciones son maravillosas, conforman representaciones verosímiles, no estereotipadas e imaginativas. La conjunción de los colores y las texturas en los dibujos, atraerán la atención y la curiosidad de los niños en la historia; la mezcla de colores fríos y cálidos despertará la imaginación de los niños, que se teletransportarán a lugares que quizás aun desconocen.




La portada es fácilmente reconocible, ya sea por los dibujos o por los colores que se emplean, por las letras en otro idioma… me parece una portada curiosa y llamativa.
La historia es lineal, no es excesivamente larga, pero tampoco es corta, está hecha en la medida adecuada para que los niños de 5 a 6 años la lean sin cansarse o aburrirse.

Al ser un libro para niños de 5 a 6 años, en algunos casos nos encontraremos con niños que intentan leer por sí mismos, pero en el caso de que su profesor/a  o sus padres se lo lean, los niños pueden seguir la historia  a través de las ilustraciones.


TIPOGRAFÍA

Las letras son claras y grandes, fáciles de leer, su tipografía es tipo “calibri”; pero lo que le hace interesante esta tipografía, son las traducciones en árabe y las letras, que son tan sinuosas y exóticas, creo que gracias a estas traducciones los niños se interesarán por conocer cómo se escribe en otras culturas, ya que a estas alturas los niños ya conocen la mayoría de las letras y algunos ya empiezan a recordar cómo se escriben algunas palabras e intentan leerlas; pienso que estas traducciones pueden servir como un medio para que los niños se motiven e intenten pronunciar correctamente estas palabras en árabe.


RESUMEN


Mi miel, mi dulzura, es la historia de Jadiya, una niña cuyos padres son de origen magrebí, pero viven en España, concretamente en Málaga. Y todos los veranos, Jadiya y sus padres tomaban un barco y cruzaban el mar, para ver a sus familiares; Jadiya no tenía abuelos en España, por lo que siempre se alegraba mucho al ver a su abuelita Zhora, la cual la mimaba y la comparaba como la dulzura más grande de todo el país. A Jadiya y su abuela les encantaba hacer dulces juntas, como tortitas de limón o cuernos de gacela recubiertos de azúcar, también les gustaba ir de paseo a por plantas silvestres mientras su abuela le contaba historias de princesas y genios, a Jadiya también le gustaba jugar a juegos de manos que cantaba su abuela.
Todos allí la recibían con cariño y afecto, y la abrumaban con sus abrazos y palabras de cariño; por lo que la despedida sea hacia más dura y Jadiya se ponía triste.
Una vez en España, un día la familia de Jadiya recibió la mala noticia, de que su abuela Zhora, había fallecido; Jadiya estaba desconsolada y no encontraba consuelo ni en los brazos de su madre.
Pero un día recordó, que ella tenía un caftán que le había hecho su abuela; el caftán le traía recuerdo de su abuela tejiendo, y de todos los momentos que paso a su lado, además le recordaba todos los olores y todas las cosas bellas de ese país, todas las cosas bonitas que le decían sus familiares y las historias que le contaba su abuela. El caftán que le había regalado su abuela le ayudo a soportar el duelo.

Al verano siguiente, la familia de Jadiya, tomó de nuevo el barco para cruzar el mar, pero esta vez Jadiya se dio cuenta de que ya no estaría su abuela; además Jadiya tuvo un sueño en el que su abuela le decía que tirarse su caftán al mar, como símbolo de despedida, en su sueño su abuela le decía “Tú ya no lo necesitas, yo siempre estaré contigo”; de esta manera  Jadiya cumplió el sueño de su abuela y así pudo encontrar la paz.



CONTENIDO


Tema


En este libro se pueden abstraer gran variedad de temas como: los continentes, la emigración, los viajes, las relaciones personales etc. Pero considero que el tema principal del libro es la importancia del cariño, el afecto y la compresión dentro de la familia, y de las relaciones entre los adultos y los niños; ya que a lo largo de la historia Jadiya se relacionas con todos sus familiares que son adultos, de los cuales aprende, toma como referente, se apoya y los cuales cuidan de ella, todo esto hace que ella se sienta cómoda y feliz con los suyos. Citando al libro: “Cuando llegaba al país, la recibían con mil abrazos, con mil palabras de cariño murmuradas en su oído.”

“Los primeros seis años de vida son vitales en la vida de una persona” afirma Eduard Punset. Los niños necesitan cerca a personas que les den apego, seguridad, cariño y sean un ejemplo válido para crecer con confianza en sí mismos y con una buena dosis de autoestima que les permita afrontar las vicisitudes de la vida diaria.
Las relaciones con la familia o con personas significativas enseñarán al niño/a a interpretar las reacciones de los demás, sus experiencias emocionales y a cómo actuar en consecuencia.
Como José María Lahoz García (Profesor de Psicología y Pedagogía) afirma: A partir de los 6 años, sus interacciones se tornarán más complejas, sus acciones y respuestas también. Aprenderá a reconocer patrones de conducta en los otros y a imitarlos, comenzará a manejar ideas y no sólo acciones y estas ideas, como imágenes que se suceden en su interior, le permitirán pensar las acciones antes de ponerlas en práctica

Por estos motivos, debemos fomentar un tipo de apego seguro y cumpla todas las necesidades del niño/a, que con el tiempo seguirá su curso natural, transformándose y adaptándose a las necesidades de cada edad.
Por otro lado es totalmente normal, que en situaciones de aflicción, puedan activarse en gran manera las conductas de apego con reacciones similares a la de los primeros años.

Uno de los temas secundarios, es la muerte, la pérdida de un ser querido, cuando Jadiya y su familia, reciben la noticia de que su abuela Zhora ha fallecido. Esta experiencia por desgracia, es una vivencia por la que pasarán muchos niños, ya no solo la pérdida de un ser querido, sino también de sus mascotas, o incluso de algún compañero/a; los niños entienden más sobre la muerte de lo que pensamos; pero es cierto que, lo que los niños pueden entender sobre la muerte depende en gran medida de su edad, sus experiencias vitales y su personalidad
Hasta los 5 o 6 años de edad, la imagen que tienen los niños del mundo es muy literal y aun no tienen muy clarificado el concepto del tiempo. Para los niños de esta edad es difícil entender que todas las personas y todos los seres vivos acaban muriendo, que esto es algo definitivo y que ya no volverán.
A medida que evolucione la comprensión de la muerte en ellos, de manera natural surgirán preguntas sobre la mortalidad y la vulnerabilidad, y con la edad empezarán a entender que todos los seres vivos finalmente mueren.

Además alrededor de los 6-7 años, se observa una fase intermedia en la cual los niños comienzan a admitir que algunas situaciones pueden provocarles más de una emoción, pero siempre teniendo en cuenta que una de ellas precede o sigue a la otra.

Por otro lado, se plantea el tema de la emigración del país de origen. El núcleo familiar, por definición es el conjunto que proporciona seguridad, cariño, afecto… y que atiende a las necesidades básicas de los niños; pero cuando ese país de origen, no te puede proporcionar esa seguridad, ni los recursos necesarios para mantenerlos, la familia busca por otros medios, cumplir esas necesidades.
Hay una definición legal muy clara: un refugiado es una persona que huye de la persecución del estado por motivos de creencias religiosas, políticas, de género…

Para que un niño huya, su mundo debe estar devastado, y no tener un Gobierno que los proteja. Un inmigrante es alguien que huye de su país para buscar esas mejores oportunidades de vida y trabajo, pero un niño por definición no puede buscar trabajo, sino refugio.





Otro tema secundario en el que me gustaría hacer hincapié, es en el viaje iniciático que realiza Jadiya, puesto que Jadiya vive una serie de experiencias, en las que toma conciencia de sí misma y de quien es, a la familia que pertenece, y a partir de donde reconoce la realidad externa, como sus viajes o la muerte. De esta manera Jadiya tiene una serie de recuerdos y de experiencias pasadas que le harán entender el desarrollo de la vida y comprender y aceptar sus propios sentimientos y emociones.
En este caso podemos hablar de la creciente autonomía, de los niños de 5 a 6 años, puesto que las separaciones son cada vez más largas, el contacto físico no es tan estrecho y las conductas exploratorias no precisan de la presencia física de alguno de los padres etc.



ESTRUCTURA

La estructura de la historia es de tipo lineal, aconsejable para todo tipo de niños, entre 5 y 6 años.
Primeramente, te ponen en situación de la vida de Jadiya, y de su familia; durante en desarrollo, se explican experiencias, vivencias y sensaciones que tiene Jadiya al estar con los suyos, y al estar en un país diferente. Y, por último, en el desenlace, Jadiya supera su tristeza, su nostalgia, por la muerte de su abuela, en la que se simboliza una despedida, con un bonito recuerdo.

PERSONAJES

La protagonista de la historia es Jadiya, con la cual se identificarán los niños, ya que su historia gira entorno a sus familiares que son todos adultos; por lo tanto, los niños identificaran a sus padres, abuelos, tíos … con los adultos. La abuela Zhora, comprendería uno de los personajes secundarios, ya que es la persona que más cercana está a Jadiya a parte de su madre, y con la que los niños pueden asociar, con cualquier familiar cercano a ellos o cualquier ser querido, que han perdido porque ya ha fallecido.


VALORES Y CONTRAVALORES

Esta historia contempla infinidad de valores positivos, como, por ejemplo, el cariño; el cariño está presente en cada párrafo del libro, en cada significado, en cada respuesta, simbolizando momentos tiernos y momentos más tristes, pero siempre con cariño y dulzura, nunca mejor dicho. Además del cariño, en el sentido de sentirse, participe de un conjunto familiar y que ese conjunto familiar te quiere, te cuida y eres participe de él, es decir, sentirse querido por los tuyos, el gusto de aprender de tu cultura y estar orgulloso de tus raíces.


Por otro lado, me parece fantástico, el poder empatizar con esas familias extrajeras, cuyos familiares viven en otros países o continentes, y que no están cerca de ellos. Por supuesto, desde el punto de vista de los niños, cada uno trasladará su vivencia de la historia a sus propias experiencias; pero es cierto que habrá niños extranjeros que se sentirán identificados en casi todos los aspectos con la historia.



Otro valor, que para mí es importante, son los sentimientos, es decir, aceptar tus propios sentimientos, cuando estés triste llora, cuando estés feliz ríe, o cuando estés abrumado por el amor de tus seres queridos regocíjate, cuando sientas nostalgia emociónate y recuerda.
Pero es cierto, que en un primer momento, entre los 3 y los 5 años, los niños son incapaces de admitir que una misma situación pueda provocar dos emociones diferentes. El niño a partir de los 6 o 7 años comienza a utilizar estrategias para regular sus emociones, por ejemplo si se distrae pensando en otras cosas o haciendo algo alternativo.  Pero a esta edad el niño aún es muy inestable, es muy sensible a todo lo que le rodea; por lo que la integración y regulación de las emociones aun no está dominada.
Pero aun así, creo que es adecuado, qué los niños experimenten y reconozcan sus propias emociones.

Como contravalor, se podría malinterpretar que Jadiya, tirase el caftán de su abuela al mar, esto no quiere decir que nos deshagamos de las cosas de nuestros seres queridos, sino que simboliza una despedida entre ella y su abuela, ya que, al estar lejos, el mar es lo único que las separa.
Por este motivo creo que está bien el superar situaciones difíciles y seguir adelante pero no es lo mismo, pasar página que olvidar; porque Jadiya nunca olvidará a su abuela, ni a sus familiares, ni todas las cosas que ha aprendido de ellos, ni de todas las dulzuras de ese país.

LENGUAJE

El lenguaje que se usa en el libro, es fantástico, además de ser poético, entrañable y dulce; tiene un vocabulario entendible y a la vez distinto, para que los niños aprendan nuevas palabras, y por lo tanto entender un poco más otro tipo de cultura.

Las frases son cortas y sencillas, escritas en tercera persona (“Por las noches Jadiya se ponía el caftan”),excepto cuando intervienen los mayores, que son en primera persona. (“No llores mi niña, no llores mi dulzura”)


CONCLUSIÓN

Personalmente me encanta este libro, y seguramente que en un futuro cuando ya tenga mi clase con mis alumnos, este sea uno de muchos más en mi biblioteca, tanto personal como la del aula.
Creo que es totalmente recomendable para 5-6 años, e incluso para edades un poco más tempranas, la historia te atrapa desde el primer momento, y las traducciones en árabe mantienen tu curiosidad, es una historia dulce y entrañable, con la que me emociono cada vez que leo y con la que creo que los niños también lo harán desde su propio punto de vista.
Nuestros seres queridos siempre serán lo máximo para nosotros y por su puesto para los niños, sus padres, sus abuelos, sus tíos… son lo más grande, y cuando éstos están lejos, se lleva más duramente.

“¿Quién dijo que la melancolía es elegante? Quitaros esa máscara de tristeza, siempre hay motivo para cantar, para alabar al santísimo misterio, no seamos cobardes, corramos a decírselo a quien sea, siempre hay alguien que amamos y nos ama.  Gloria Fuertes


Dato curioso: Caftán real de mi madre.

REFERENCIAS
wikipedia.org
psicodiagnosis.es
educardesdelafamilia.blogspot.com.es
educadiversa.org
"EL DESARROLLO EMOCIONAL EN LA EDUCACIÓN PRIMARIA" Pedro Gallardo Vázquez (2007)